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Yolanda Bedregal
OBRA - POESIA - DEL MAR Y LA CENIZA

DEL MAR Y LA CENIZA (1957)

V
Resaca

Cuando ya la reseca deje mi alma en la playa y del arco agobiado de mi espalda se vaya
el ala cercenada, cual vela desafiante,
en cicatriz y estela prologará el instante.

Quedarán vigilando, símbolo intrascendente,
dos pobres ojos pródigos y una mendiga frente. ¡Catacumba de agua, Amor! ¡No me conoces!
Ni nadie nos conoce. Sólo hay fugaces roces, desencuentros, en la prieta mudez de encrucijadas. ¡Expián su demora presencias nunca halladas!

No son cruz ya los brazos ni altar para holocausto
de salvajes ternuras. Con su claror exhausto,
un sol desalentado ahonda los abismos.

¡... Somos polvo y lucero, todo en nosotros mismos...!

Para esta elemental ceniza taciturna
sea la inmensa lágrima del Mar celeste urna.