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Yolanda Bedregal
OBRA - POESIA - DEL MAR Y LA CENIZA

DEL MAR Y LA CENIZA (1957)

III
Bajamar

¿Por qué no tengo exangüe el corazón en llaga
goteando en cada ola la sed que no se apaga?
¿por qué reclamo, avara, la caricia en la piel?
... ¡Vengo de la ceniza y apetezco la miel! ...

La mastaba del piano encallada en la onda
es un cuerpo fantasma que la nostalgia ahonda;
el consuelo no acude. Y en el pedal se crispa
un son encarcelado demorando la chispa
que pugna tras el yunque gastado del silencio
tiránico y sumiso. Ya vencida, evidencio
que es negada la gracia del don misericorde
para alargadas palmas en ruego monocorde.

¡No te acerques, Deseado! De yodos saturada,
el bien ya no distingo de la podrida Nada.
Vibrantes los sentidos se erizan en antena
para saciar los álgidos espasmos de la pena.